Nuestros resultados demuestran que las mujeres que abandonan la adicción en el primer trimestre de gestación corren un riesgo de tener un bebé prematuro o PEG (pequeño para la edad gestacional) comparable al de las pacientes que nunca fumaron durante el embarazo.
En tanto, "las mujeres que abandonan en el segundo trimestre también tienen un riesgo más bajo de sufrir esas consecuencias, pero no de la misma magnitud que las anteriores", informó el equipo de la doctora Laura L. Polakowski, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Fumar durante el embarazo causa varios efectos dañinos; el parto prematuro y la reducción del crecimiento son los mejor registrados, escribió el equipo. Entre las mujeres mayores, agregaron los autores, los peligros de fumar durante el embarazo se potenciarían.
Los certificados de nacimiento revisados en Estados Unidos, que se comenzaron a usar en el 2003, detallan si la madre fumó o no durante cada trimestre del embarazo, de modo que los investigadores analizaron si la cesación tabáquica en distintos momentos de la gestación afectaba el riesgo de esas pacientes de tener problemas en el parto.
El análisis incluyó datos de 915.441 certificados de nacimiento extendidos en el 2005 en 11 estados que usaron el formato revisado.
El 10 por ciento de las mujeres que había fumado durante todo el embarazo tuvo bebés prematuros, pero no PEG; el 15 por ciento tuvo bebés a término pero PEG y el 2 por ciento dio a luz bebés prematuros y PEG.
Entre las mujeres que dejaron de fumar durante el primer trimestre, esas cifras fueron del 8, 9 y 1 por ciento, respectivamente.
Tras ajustar la edad de la madre, partos prematuros previos y otros factores relevantes, el equipo halló que las mujeres que habían abandonado el cigarrillo en el primer trimestre pudieron disminuir un 31 por ciento el riesgo de tener un bebé de talla normal, pero prematuro; un 55 por ciento el riesgo de dar a luz un niño a término pero PEG y un 53 por ciento el peligro de tener un bebé prematuro y PEG.
Las mujeres que dejaron de fumar en el segundo trimestre del embarazo también disminuyeron el riesgo de tener esos resultados, aunque no tanto como el grupo anterior. La reducción del riesgo asociada con la cesación tabáquica en el primer trimestre fue especialmente sólida en las mujeres mayores, sobre todo a partir de los 40 años.
"Aunque el embarazo es el motivo más frecuente por el que las mujeres dejan de fumar, el tabaquismo es un adicción difícil de abandonar", escribió el equipo.
"Los incentivos agregados a la cesación tabáquica proporcionarían más evidencias de los beneficios de abandonar el tabaquismo aún a medida que el embarazo avanza", añadieron los investigadores.
FUENTE: Obstetrics & Gynecology, agosto del 2009
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